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¿Es cierto que las latas contaminan los alimentos? Esto es lo que explica un experto


El proceso de enlatado no disminuye las propiedades nutrimentales de los alimentos y además aplica medidas de esterilización para prevenir enfermedades, por lo que el consumidor puede tener confianza en este tipo de productos, aseguró Jesús Alberto Quezada Gallo, catedrático de la Universidad Iberoamericana.

El especialista en el campo de los biopolímeros e integrante del grupo académico Hablemos Claro, hizo ver que la población ha sido mal informada sobre los alimentos procesados.

Desde el punto de vista de la ingeniería de alimentos, el enlatado representa el método de conservación más eficiente, ya que tiene un tratamiento térmico más drástico y requiere de menos aditivos, explicó Quezada Gallo.

“Irónicamente, la gente busca alimentos que tengan la menor cantidad de aditivos y precisamente el enlatado es de los procedimientos que no requieren aditivos o en menor cantidad que en otro tipo de procesos”, afirmó el académico.

Quezada Gallo insistió en que los alimentos enlatados están cerrados herméticamente y sufren un tratamiento térmico fuerte para eliminar todos los microorganismos, de ahí que se pueden conservar más tiempo.

Además, los alimentos enlatados son fáciles de transportarse y manipularse, porque son más resistentes a los golpes.

Falso que los metales contaminen la comida 

Otra ventaja es la duración. “Dependiendo del producto y los alimentos líquidos —que tienen cierto grado de acidez—, se puede tener una duración desde tres meses hasta un año, así como la preservación de los nutrimentos de los alimentos”, refirió el experto.

Asimismo, aclaró que “los metales no pueden dañar los alimentos, toda vez que las latas se hacen de aluminio o de acero inoxidable y de una sola pieza, con lo cual ya no requieren soldadura —que anteriormente reaccionaba más con los alimentos—, pero ese riesgo ya no existe desde hace varias décadas”.

Sin embargo, el experto recomendó a los consumidores revisar la fecha de caducidad, que la lata no esté abombada y que no exista daño físico. Además, aclaró que la lata fue diseñada para conservar el alimento durante meses, por lo que es falso que una vez abierta el contenido no debe permanecer allí.

“Lo único que sucede es, si ya está destapada, el alimento entra en contacto con el aire y se puede contaminar”, afirmó el bioquímico.

Con respecto al agua embotellada, admitió que en este caso existe un riesgo bajo de contaminación, por eso es necesario verificar que la tapa no presente daños, así como golpes en el cuerpo de la botella.

“Durante los procesos para purificar el agua que será embotellada se eliminan los microorganismos por filtración y algunos tipos de sales, pero las propiedades nutrimentales del agua no se pierden”, concluyó Quezada Gallo.

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