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Tragedias y muertes ocasionadas por los ‘selfies’



No nos engañemos. Todos, al menos en una ocasión, nos hemos hecho uno (o muchos más) selfies. Y si bien aquí no estamos para juzgar a nadie por esa dosis extra de vanidad, hay un dato cruel detrás de la “selfiemanía”: las muertes por accidentes ocasionados en un intento por hacerse un selfie o usar un selfie stick son más comunes de lo que muchos imaginan.

Según un estudio de la consultora Priceonomics, unas 49 personas han muerto desde 2014 tras intentar hacerse un autorretrato usando un selfie stick. En promedio, las víctimas tienen 21 años de edad y el 75 por ciento son hombres. Los datos fueron recogidos de varias fuentes, incluyendo Google Analytics y artículos periodísticos sobre las fatalidades.

En su reporte, Priceonomics reconoce que no hay demasiada información a la mano, pues el tema de los accidentes o muertes por selfies o uso de selfie sticks ha sido poco documentado. No obstante, asegura que de todas las muertes relacionadas con los selfies, la principal tiene que ver con caídas precipitosas al vacío. Específicamente, una tercera parte de todas las personas que murieron en su intento por hacerse una foto cayeron desde las alturas, ya sea desde un edificio muy alto o desde un acantilado.

Entre los ejemplos citados por la firma de análisis está el caso de un joven chino que en agosto de 2015 cayó de un acantilado luego de intentar hacerse una foto de sí mismo en la cima de una cascada en el Este de China. Distraído por la cámara, dio un paso en falso y se precipitó varios metros hacia abajo, muriendo instantáneamente. Cuando las autoridades encontraron su cuerpo unos días más tarde, su teléfono celular, montado en un selfie-stick, estaba aún intacto y dejaba ver una imagen de él cayendo al vacío.

Al mes siguiente de ese trágico evento, un chico ruso de 17 años escaló un edificio de nueve pisos cerca de Moscú y se colgó de un brazo aparentando que estaba cayendo. Su idea era tomar el selfie por excelencia y, en cambio, se le zafó la mano y cayó al vacío, muriendo también de manera instantánea.

A manera de conclusión, Priceonomics se pregunta si los selfies son, en sí mismos, riesgosos o sólo lo son si van acompañados de comportamiento irresponsable. ¿La respuesta? De los 49 casos examinados, ni una sola muerte fue ocasionada por el selfie en sí. En lugar de eso, el selfie parece haber sido el catalizador inoportuno — una especie de distracción en situaciones en donde la persona haciendo la foto debió en cambio de enfocarse en la seguridad.

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