Decenas de mexicanos reclutaban para secta NXIVM


Al menos 100 mexicanos figuran en la lista VIP del falso “gurú de la motivación”, Keith Raniere, integrada por 250 reclutadores; sin embargo, ninguno ha sido indiciado y algunos alegan que solo tomaron un curso.

Cinco regias formaban parte de su círculo más cercano, aunque en el padrón VIP de figuraban Emiliano Salinas y su socio Alejandro Betancourt, hasta Jimena Garza, quien convenció a seis mujeres de ser esclavas sexuales de Raniere, según consta en Frank Report, portal de internet del periodista Frank Parlato, quien ha documentado el caso.

La lista VIP incluye a personas que para ascender, conforme a las jerarquías internas de Nxivm, debieron reclutar o invitar a nuevos miembros. Se encuentran clasificados en colores verde y amarillo, que son los de mayor nivel en la organización y solo por debajo de Raniere y de Nancy Salzman, su mano derecha, quien era color oro. Otras personas de menor nivel pudieron ser solo invitadas sin reclutar.

En esta estructura, a la que solo se podía ingresar por recomendación y el pago de costosas sumas de dinero, están los nombres de Cecilia Occelli González, Alejandra González Anaya y Margarita García de Alba, directora general de la empresa Nopalito’z, con sede en Nuevo León.

También están Fabiola Sánchez de la Madrid, Maricela Ramos Cantú, Ana María Silva Martínez, Alejandra Salazar, Anabel Cantú y Rosa Laura Junco, hija del accionista principal del grupo periodístico Reforma.

Además de Carola y Carmen Garza, Aída Dorina Lara, Verónica Baz, Mara Bernal, Lorena Lara, Vanessa Sahagún, Marcela Gómez del Campo, Silvia Ribot y Luisa Merodio.

En cuanto a los hombres, aparecen Víctor Manuel Ochoa Peña, Jesús Santos, Daniel Merino, Diego Asunsolo, Daniel Márquez, Diego Rodelo y Carlos Arturo Galván.

Laureen Salzman, una de las más longevas amantes del fundador de Nxivm, reveló que Mónica Durán, Daniela Padilla, Camila Fernández, Loreta Garza Dávila y Rosa Laura Junco, las cuatro últimas de Nuevo León, pertenecieron a su círculo más cercano.

En un audio compartido por la fiscalía la mañana de ayer en la Corte de Brooklyn, se escuchó como Keith Raniere le ordena a la mexicana Loreta Garza, de su primer círculo de esclavas, que reclute para el grupo DOS a “Cecilia”.

 —¿Y por qué era buena candidata Cecilia? — cuestionó el litigante Mark Agnifilo.

—Porque tenía poder, y él andaba tras de mujeres influyentes. Cecilia era familiar de un ex presidente mexicano —se escuchó en una grabación.

Supuestamente están hablando de Cecilia Salinas Ocelli, quien contaba con la titularidad en México de la franquicia del Rainbow Cultural Garden, método que buscaba educar en siete idiomas a niños en edad preescolar. Poseía también los derechos de Jness, cursos de Nxivm para “empoderar” a las mujeres.

El interés del falso “gurú” por reclutar mujeres cercanas a la política siempre estuvo presente: “Si crecemos lo suficiente podemos influenciar en la elección presidencial” (de EU), se le escucha decir en otra grabación, durante una reunión con algunas colaboradoras cercanas.

Durante su participación al arranque del juicio, el testigo Mark Vicente también recordó la colecta organizada por la rica heredera Clare Bronfman, quien financiaba muchas de las actividades de Raniere para que Nxivm aportara a la precampaña presidencial de Hillary Clinton en 2008.

A petición del mismo Agnifilo, Salzman sumó datos a la historia de Daniela, encerrada contra su voluntad dos años en una habitación. Hablaron de Héctor Fernández, el padre quien, sin saber que el correctivo llegó por negarse a tener relaciones con Raniere, consintió en que fuera abandonada en la frontera. El progenitor pensaba que era una buena forma de multarla por su negativa a realizar resúmenes de libros, dijo Salzman.

El señor Fernández también ignoraba que sus otras dos hijas, Mariana y Camila, ya eran “esclavas sexuales” del líder de la secta secreta DOS, prodigadas al servicio sexual exclusivo de Raniere, quien las obligaba a marcarse sus iniciales con un cautín en ceremonias que deseaba, “fueran lo más parecido a un sacrificio humano”.

Ya en México, por correo electrónico Daniela exigía sus documentos que le siguieron negando con rudas evasivas: “¿Por qué no me envían mis papeles?”, cuestionaba a Salzman y Raniere, enterados de que la regiomontana no podía renovar su pasaporte ni abrir una cuenta bancaria y menos conseguir trabajo sin documentos. “¿Que se supone que debo hacer?”, suplicaba y entonces la testigo volvía a soltar el llanto, al recordar y reconocer lo duro que fueron con ella.


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