¿Cómo utilizar la miel como limpiador facial natural?


Utilizar miel para lavarte la cara, puede ser una de las opciones más naturales para cuidar tu piel.

La miel tiene muchas propiedades, entre ellas la de ser un exfoliante natural, por lo que ayuda a eliminar las células muertas sin ser tan agresiva y abrasiva como otros limpiadores naturales realizados con sal o azúcar.

Se suma su propiedad hidratante que deja la cara suave y lisa. Como si fuera poco, la miel es un antiséptico natural, que ayuda a eliminar las toxinas de la piel y es muy buena para tratar el acné de origen bacteriano.

  • La miel es adecuada para todo tipo de pieles.
  • La miel no es adecuada para desmaquillar.

Cómo aplicar la piel como limpiador natural

Protégete el pelo y la ropa. La miel tiende a gotear bastante, además de ser pegajosa, por lo que su manejo puede resultar engorroso. Por lo tanto, será mejor que te cubras el pecho con una talla y te recojas el pelo en una cola de caballo. Si tienes el pelo corto, puedes apartártelo de la cara con unas horquillas o ponerte un gorro de baño.

Mójate la cara con agua. Agacha la cabeza y mójate la piel de la cara con agua templada. Esto ayudará a que la miel se disuelva un poco, permitiendo que te resulte más fácil extenderla por toda la cara.

Vierte un poco de miel sobre la palma de tu mano. Necesitarás 1/2 cucharadita de miel cruda aproximadamente. Remueve la miel suavemente con el dedo para ablandarla y calentarla. Si la miel es muy espesa, puedes añadirle unas gotas de agua templada para disolverla y facilitar su aplicación.

Masajéate la cara con la miel. Extiéndete la miel entre los dedos y, después, espárcela suavemente sobre la piel, realizando movimientos circulares. Asegúrate de evitar la zona sensible del contorno de los ojos.

Retira la miel utilizando agua templada. Échate un poco de agua templada en la cara y masajéate la piel suavemente con los dedos hasta que elimines totalmente la miel.

Si tienes puntos negros y quieres limpiar tus poros en profundidad, deja que la miel actúe durante un periodo de entre cinco y diez minutos antes de enjuagarte.

Sécate la cara. Utiliza una toalla suave y limpia para secarte la cara con toquecitos suaves. No te frotes la cara con la toalla, ya que tu piel podría irritarse.

Considera la posibilidad de completar el cuidado facial aplicándote tónico a hidratante. La crema o loción hidratante ayudará a retener la humedad necesaria, y el tónico ayudará a reequilibrar el pH natural de la piel, además de cerrar los poros.


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