¿Aguacates transgénicos? científicos quieren ‘mejorarlo’


Debido a que el cambio climático está amenazando la producción del aguacate, algunos científicos se están preguntando: ¿Por qué no modificamos su ADN?

Por está razón, un grupo de científicos en los Estados Unidos y México anunciaron haber mapeado las secuencias de ADN de varios tipos de aguacate, incluyendo la popular variedad Hass.

Esta investigación sería la base de técnicas de reproducción y modificación genéticas diseñadas para producir aguacates que puedan soportar enfermedades o sobrevivir en condiciones más áridas, en pocas palabras un aguacate transgénico.

Con el pretexto de las crecientes temperaturas que están alterando la cadena de producción del aguacate, lo que ha causado aumentos de precio— empeorados por la incertidumbre del mercado—por todos los Estados Unidos.

“Debido al cambio climático, quizá la temperatura y la humedad ya no sean las mismas, el suelo quizá sea diferente, habrá nuevos insectos y habrá enfermedades”, afirmó Luis Herrera-Estrella, profesor de genómica vegetal de Texas Tech University que lidera el proyecto del aguacate.

“Necesitamos estar preparados para hacerle frente a todos estos desafíos inevitables”.

Sin embargo, el proyecto le ha dejado algunas interrogantes sobre el futuro de su adorada fruta.

“¿Cómo están manipulándolo?”, preguntó. “¿Qué están cambiando?”.

La respuesta es que el aguacate no está cambiando, al menos no todavía. En los últimos años, los científicos han obtenido la secuencia de los genomas de varias frutas, incluyendo plátanos, tomates y manzanas, y han usado esa información para crear variedades modificadas genéticamente.

Sin embargo, todavía estamos muy lejos de un aguacate genéticamente modificado, en parte porque sus árboles a veces tardan hasta tres años en madurar.

“Hay aguacates que crecen en lugares muy calurosos con poca agua y hay otros que crecen en lugares más lluviosos”, afirmó Herrera-Estrella. “Si podemos identificar genes que otorguen tolerancia al calor y la sequía, entonces podremos diseñar los aguacates del futuro”.

Es probable que la investigación genética sea controvertida. Ya que los organismos genéticamente modificados (OGM)son perjudiciales para la salud. Además se ha incrementado el uso de pesticidas y generado cambios no deseados en el contenido nutricional.

El gobierno de Enrique Peña Nieto subsidio la investigación en 2012, a través de la Secretaría de Agricultura de México por 2.5 millones de dólares.

Los investigadores también enfrentan obstáculos científicos. A diferencia de cultivos como el maíz, el aguacate tiene una estructura compleja que dificulta su desarrollo en el laboratorio. Para recoger muestras de las diferentes variedades, Herrera-Estrella y su equipo deben viajar a regiones remotas de México, incluyendo áreas donde los cárteles de drogas controlan la economía local.

Una vez comenzado el proyecto, los avances en biotecnología lograron que la secuenciación del genoma fuese menos laboriosa, permitiéndole al equipo ampliar sus ambiciones iniciales y secuenciar un par de variaciones adicionales de aguacate. En la actualidad, un grupo de investigadores en México está mapeando los genomas de unas cien variaciones más.

Con esos mapas genéticos, los científicos serán capaces de analizar las diferencias entre los diferentes tipos de aguacates y de identificar los segmentos específicos del ADN que estimula la resistencia a las enfermedades y otras características convenientes.

Esa investigación sentará las bases de la modificación genética, fase en la que los investigadores insertan o eliminan fragmentos de ADN en el genoma de la planta. Eso facilitará técnicas de cultivo que promuevan ciertas características sin alterar directamente el código genético de la fruta.

Otra manera de fortalecer las posibilidades de supervivencia del aguacate es diseñar su portainjerto, básicamente un tocón de árbol sobre el que los productores pueden injertar nuevas clases de ramas de aguacate. Modificar la genética del portainjerto, en vez de la de las ramas superiores del árbol que tienen la fruta, pudiese crear aguacates más resistentes a enfermedades fúngicas sin cambiar la fruta propiamente.

“Esa es una gran posibilidad de lograr que las cosechas modificadas genéticamente sean tolerables para las personas que realmente estén preocupadas al respecto”, afirmó Victor Albert, un biólogo de la Universidad de Búfalo en Nueva York que trabaja en el proyecto. “No va a haber necesidad de diseñar aguacates OGM, e incluso si manipulas genes, no va a haber necesidad de que los propios aguacates sean GM”.

Independientemente de la técnica científica, el desarrollo de variedades de aguacates capaces de resistir enfermedades o de sobrevivir largas sequías podría mejorar la industria agrícola mexicana, la cual produce casi la mitad de los aguacates a nivel mundial y depende en gran medida de las exportaciones a los Estados Unidos, según Monica Ganley, asesora agrícola y experta en comercio latinoamericano. El año pasado, México exportó cerca de mil millones de kilogramos de aguacates a los Estados Unidos.

“Es un cultivo muy importante. Es un componente vital del comercio agrícola que se ha vuelto esencial en las últimas décadas”, agregó.

Información de The New York Times


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